Aniversario number 14

El 14 de Febrero se cumplió otro año de estar aquí en Canadá. Catorce años para ser exacta.

Este día lo estaba esperando yo desde que fui a Venezuela en Diciembre.
No sé si es por el hecho de que habían dos cifras que coincidían, o por el hecho de que todavía no puedo creer que tan rápido pasa el tiempo.
Coño ya son 14 años que llevo aquí.

Alguien me preguntó si debería felicitarme o compadecerse de mi. Me dio risa la pregunta.
Eran felicitaciones las que ameritaban la ocasión.

En realidad, han sido años muy intensos. Llenos de cambios planeados o inesperados, de metas cumplidas y otras por cumplir, y también de muchísimos desafíos.

De llegar sola, de mudarme mas de 12 veces, de pagarme mis estudios y cambiar carrera dos veces, superar un divocio duro, de sobrevivir otra relación significante, de aprender a vivir sola y estar sola, de llegar al punto en que lo mas importante es la familia (así esté lejos), la estabilidad emocional y el bien estar alrededor de tus amistades cercanas.

No debo negar que en algunas ocasiones me dieron ganas de agarrar mis tres mochilas y largarme. Pero no lo hice.
Así yo odie tanto al invierno y me queje mucho de el, me alegra todavía estar aquí. Porque para ser franca, he tenido experiencias muy lindas en este país, a pesar de todo.

En catorce años de vivir acá aprendí:

Que así te consideres una persona fuerte e independiente, siempre se necesita de tu gente alrededor que te apoye moralmente, que te de aliento en los momentos mas difíciles, que te de el calor humano que tanto se necesita al vivir en terreno extranjero.

Que a pesar de que te puedes involucrar 100% en la cultura local para desenvolverte mejor y acostumbrarte a tu nueva vida, nunca se debe uno alejar de sus raíces o poner de lado a su propia cultura y tradiciones.

Que las verdaderas amistades se vuelven parte de una nueva familia y hay que fomentar el sentimiento solidario cada día, como si estuviéramos unidos por lazos sanguíneos.

Que los latinos somos gente comunitaria de nacimiento. Aunque siempre he sido despegada de todo esto, últimamente me he dado cuenta que mis mejores amigos son de raza hispana o descendencia latina (latin: portugués, italiano) . Ahora me gusta formar parte de lo que llamaríamos una mini-comunidad de gente ¨multicultural con corazón latino¨.

Que nuestro idioma es uno de los mas bellos del mundo.

Que desde que estoy acá, aprecio mas a mi cultura. Estoy muy orgullosa de quien soy y de donde vengo.

Que al estar tan lejos de la familia es fácil a veces sucumbir en la tristeza y en sentirse solo. Que estos sentimientos son naturales, y que no se deben reprimir. He aprendido a utilizarlos como energía que me impulsan a salir adelante y trabajar con más fervor que antes, porque no me quiero sentir así el resto de mi vida. Y hay planes, muchos planes por finalizar.

Y como el aprendizaje no termina nunca, estoy siempre atenta observando cada cambio en mi entorno y dentro de mi misma. Me doy cuenta hoy que llegué aquí siendo todavía una niña, y ha sido aquí mismo donde me he convertido en la mujer que hoy soy:

Guerrera pero con un corazón muy grande y lleno de mucho amor, esperanza y alegría.